Precauciones y cuidados

¿Estás pensando en hacerte un piercing o un tatuaje? ¿Ya te lo has hecho y no estás seguro de estar cuidándotelo bien? Aparte de las precauciones que has de tomar a la hora de escoger el sitio donde vas a tatuarte o perforarte, asegurándote bien de que se empleen siempre materiales limpios, desinfectados, estériles y de un solo uso, son realmente importante los cuidados posteriores de los que tú debes encargarte. Estos cuidados son tan importantes como los que ha de tener el profesional con el que trabajes, ya que de la cicatrización de las heridas depende en gran medida el resultado final. A continuación, puedes encontrar una lista de los consejos y cuidados más esenciales.

  • ¿Cómo cuidar un piercing?

Antes de nada, es imprescindible que tengas las manos limpias siempre que vayas a tocar la perforación. Piensa que se trata de una herida abierta que puede infectarse con mucha facilidad. Es muy recomendable que hasta que la herida esté curada, se limpie dos veces al día con un bastoncillo o gasa empapada en suero fisiológico y se retiren las posibles costras que hayan podido formarse. Además, si mueves el pendiente, conseguirás que la solución penetre mejor en la herida y la limpie en profundidad. Acto seguido, es realmente eficaz limpiar la zona con agua y jabón neutro, teniendo especial cuidado en secarlo bien después.

Se recomienda no cambiar el pendiente hasta que no hayan transcurrido tres semanas desde la realización del mismo, teniendo cuidado de no emplear un material inapropiado en el nuevo modelo o que pueda provocarnos una reacción alérgica.

No se debe mover nunca el pendiente sin haber humedecido antes la zona con suero fisiológico, ya que pueden producirse pequeños desgarros o heridas.

Si decides quitarte el pendiente durante un tiempo debes tener cuidado de que no transcurra demasiado tiempo, ya que la perforación puede cerrarse con facilidad los primeros meses, dependiendo del lugar en el que se haya realizado.

No uses alcohol, agua oxigenada, Isodine ni Merthiolate, porque son sustancias fuertes que dificultan la cicatrización. Tampoco apliques cremas antibióticas, ya que éstas no permiten que llegue el oxígeno a la herida.

Los primeros meses evita bañarte en piscinas, lagos, jacuzzis y en el mar, ya que son caldos ideales de cultivo de bacterias.

Evita el uso de cremas y maquillajes en la región perforada hasta que ésta cicatrice.

Por comodidad, trata de llevar ropa limpia y holgada, que no ajuste a la zona del piercing, y evita dormir del lado de la perforación, ya que puedes dañarte mientras duermes.

  • ¿Cómo cuidar un tatuaje?

Transcurridas dos o cuatro horas desde que te realizaste el tatuaje, es necesario lavarlo con agua fría o templada y jabón neutro o bactericida. Los primeros días déjalo secar al aire o utiliza una toalla muy limpia, y aplica crema cicatrizante (Tattoo Goo y Bepanthol son las dos más conocidas). Una vez que el tatuaje está cubierto con una capa espesa, debe taparse con un film transparente. Este proceso tiene que realizarse unas 3 veces al día durante los 3 primeros días. Desde ese momento, ya no hace falta cubrir el tatuaje con el film; simplemente debe continuarse aplicando la crema cicatrizante durante unas dos semanas.

Durante el período de curación, comenzará a formarse una costra en el tatuaje. Es realmente importante no rascarla ni arrancarla, ya que con ello podemos provocar una notable pérdida del color.

Las primeras semanas hay que evitar en el grado de lo posible la exposición al Sol de la zona tatuada, así como sumergirla en piscinas, jacuzzis, lagos o mar. Tampoco es aconsejable frecuentar las saunas.

Evita el consumo de alcohol en las 48 horas siguientes a la realización del tatuaje.

No deben aplicarse cremas estéticas durante su cicatrización, y una vez que ésta ha finalizado, es muy recomendable seguir empleando de manera diaria una crema hidratante, con el fin de que perdure la definición del tatuaje. En caso de exposición al Sol, usa siempre un factor de protección muy alto.


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